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Situada en los valles del centro de México, León -con sus 2,1 millones de habitantes - ha experimentado un importante crecimiento demográfico en la última década. Es la ciudad más poblada del estado de Guanajuato y una de las diez primeras de México en cuanto a población y contribución económica. León, que tradicionalmente ha sido una parada importante en las rutas comerciales, tiene una rica historia en la fabricación de cuero, y los servicios agrícolas, turísticos y comerciales constituyen una gran parte de la actividad económica. León es una de las cinco ciudades latinoamericanas que participan en el proyecto Coaliciones Urbanas Transformadoras (TUC), donde WRI México es el socio ejecutor.
La ciudad tiene un clima templado con veranos lluviosos. León es vulnerable a las temperaturas extremas, incluidas las islas de calor, las sequías y los incendios. Estas condiciones provocan estrés en el suministro de agua y se ven agravadas por las inundaciones, las fuertes lluvias y los ciclones, que causan riesgos adicionales para la producción de alimentos.
A pesar de su economía relativamente próspera, hay zonas de León que sufren desigualdad social y pobreza, donde las infraestructuras y los servicios son insuficientes. Además, sufre otros problemas derivados de su actividad económica. Entre ellos se encuentran la contaminación atmosférica, la contaminación del agua, la presión sobre las fuentes de agua subterránea, la erosión y contaminación del suelo, la deforestación en zonas naturales protegidas, el deterioro de las zonas verdes, la pérdida de biodiversidad y la expansión urbana. El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero agrava estos problemas, siendo la energía y el transporte los que más contribuyen a dichas emisiones. Los avances para resolver los problemas son lentos, la financiación es un reto y hay poco seguimiento y evaluación de los objetivos para mejorar las condiciones.
El Laboratorio Urbano de León trabaja para hacer realidad una visión compartida de transformación que permita conseguir una ciudad ordenada, compacta, resiliente e igualitaria, al tiempo que mejora la calidad del aire. El proyecto obtuvo el apoyo político de los gobiernos municipal y estatal en sus inicios en 2019. El Laboratorio convocó diez talleres, de mayo a agosto de 2023. Participaron alrededor de 40 personas procedentes de las autoridades estatales y municipales, la sociedad civil, el mundo académico y las empresas.
A través de estos talleres, los participantes en el Laboratorio Urbano identificaron un "polígono de transformación urbana". Se trata de una zona central de la ciudad que se enfrenta a múltiples retos, como la calidad del aire, la movilidad activa y el suelo infrautilizado, en la que podría acometerse la transformación urbana. El área seleccionada está atravesada por el Bulevar Adolfo López Mateos, una de las principales avenidas de la ciudad. Conecta algunas de las zonas más destacadas de León, como la Zona Piel y el Distrito León, un complejo urbano que incluye el Parque Explora, un museo científico y el estadio de fútbol, entre otros equipamientos y viviendas. Aunque esta zona alberga la primera línea de autobuses de tránsito rápido de México y una terminal internacional de autobuses, la infraestructura peatonal y ciclista es insuficiente para satisfacer las necesidades de la población.
El polígono de transformación urbana se identificó a través del siguiente proceso:
Se realizó un ejercicio inicial de diagnóstico participativo para identificar los principales retos urbanos y ambientales de la zona urbana de León. Estos problemas se clasificaron en cuatro categorías principales: medio ambiente, urbanismo y vivienda, movilidad y servicios públicos.
A continuación, se establecieron prioridades entre los problemas y oportunidades identificados y se cartografiaron espacialmente. Este mapeo permitió identificar también aquellos problemas que faltasen.
Utilizando la metodología del World Cafe, los participantes se dividieron en cuatro mesas de trabajo y participaron en rondas de debates, lo que permitió a todos aportar observaciones a los mapas.
El equipo del WRI sistematizó digitalmente la información recibida a través de este mapeo participativo y se identificaron y categorizaron un total de 122 retos y oportunidades diferentes, con el mayor número de problemas identificados en la categoría de planificación urbana y vivienda.
A continuación, la información se procesó en una plataforma SIG (GIS en sus siglas en inglés). Se realizó un análisis de mapas de calor para determinar la densidad o concentración de problemas en un área específica, identificando las zonas o agrupaciones con mayor densidad. El análisis de los mapas de calor indicó una "zona roja" con la mayor concentración de problemas, entre el Boulevard Adolfo López Mateos y Vicente Valtierra. Los principales problemas identificados en esta zona están relacionados con la congestión del tráfico, la accesibilidad limitada, los conflictos en la distribución del espacio público, el efecto isla de calor, la gestión de la demanda y la contaminación.
Aunque también había otras dos zonas que presentaban una alta concentración de problemas y oportunidades, los participantes decidieron concentrar las siguientes sesiones y fases del proyecto únicamente en este espacio de 565 hectáreas de la Zona 1 Centro.
Esta zona concentraba 70 de las 122 oportunidades de transformación identificadas en el mapeo participativo. Además, es la zona con mayor acceso espacial a instalaciones, densidad de unidades económicas, densidad de población y vivienda. También es la zona con menos árboles por manzana, mayor grado de marginación social y mayor número de proyectos de mediano y largo plazo señalizados por el gobierno de la ciudad, según los análisis realizados. También hay riesgos de contaminación atmosférica y zonas propensas a inundaciones y acumulación de residuos, según el Atlas de Riesgos 2021 del Ayuntamiento de León.
El siguiente paso en la definición de los límites precisos del área de transformación urbana dentro del polígono fue incorporar criterios sociodemográficos y de entorno urbano al análisis para priorizar las áreas que requieren actuaciones para reducir las emisiones y las desigualdades sociales. Una categorización final de criterios para delimitar la zona incluía:
- Concentración de los retos y oportunidades identificados en el mapa
- Dimensión sociodemográfica
- Dimensión del entorno urbano
- Perspectiva climática
- Reducción de las desigualdades
- Distancia máxima de 2 km - para que sea un polígono transitable a pie
- Delimitación basada en vías principales y/o continuas
- Oportunidades de proyectos urbanos en curso o previstos en la ciudad
Una vez identificada la zona, el último paso del proceso fue un "trabajo de campo de reconocimiento" del polígono de transformación. El objetivo del trabajo de campo era empezar a definir un imaginario de transformación de la zona.
Una vez que los participantes en el Laboratorio Urbano definieron una visión común para el polígono hasta 2030, elaboraron planes de acción a corto, medio y largo plazo para hacerla realidad. Se acordó un plan de acción final. Construir una visión para 2030 de la zona con poco tráfico, espacios públicos vibrantes con una adecuada "infraestructura verde-azul", edificios energéticamente eficientes y una economía circular y local que pueda crear un sentido de comunidad e identidad para los residentes.
Se requiere un diseño urbano de las calles integrado e inclusivo para animar a los residentes de León a ir a pie o en bicicleta en lugar de en coche. Las medidas pretenden (a) mejorar el espacio público y las infraestructuras, incluyendo mejores infraestructuras para caminar y más kilómetros de carriles bici conectados; (b) responder a las condiciones climáticas específicas de la ciudad, por ejemplo, aumentando la cobertura de árboles en las aceras para proporcionar sombra; y (c) tener en cuenta y abordar las desigualdades existentes en el acceso a la movilidad e instalaciones urbanas.
