Estrategias experimentales de adaptación en León: empoderamiento comunitario y revitalización urbana

Mujeres sacando plantas de una caja
Mujeres habitantes de la colonia Barrio Arriba, participantes de un taller de compostaje en el marco de la iniciativa TUC. © Héctor Ríos

En León, dos de los barrios más antiguos, el “Barrio Arriba” y “El Coecillo” (cercano a la colonia Killian II), han sido el escenario de proyectos innovadores del Laboratorio Urbano de León. Aunque históricamente fueron núcleos industriales clave, la reubicación de estas actividades ha dejado estas zonas con desafíos ambientales y urbanos. Sin embargo, su arraigo sociocultural sigue siendo una fortaleza.

En el marco de la iniciativa Coaliciones Urbanas Transformadoras (TUC), se desarrollaron proyectos experimentales de bajo costo y fácil implementación para adaptar estos barrios al cambio climático con la participación activa de la comunidad.

Barrio Arriba: Hacia una comunidad cero residuos

En Barrio Arriba, se identificaron liderazgos comunitarios, especialmente entre las mujeres, quienes se involucraron en la gestión del proyecto. Se llevaron a cabo capacitaciones en compostaje, manejo de residuos, reciclaje y huertos caseros, con el objetivo de crear un huerto comunitario que funcione como centro de educación ambiental. Lourdes Refugio Martínez, integrante del Comité de vecinos de la colonia Obregón, destaca la importancia de la participación comunitaria en la reducción de basura mediante el reciclaje.

Las mujeres del Comité de Colonos del Barrio Arriba también impulsaron estrategias culturales, artísticas y ambientales, organizando actividades como mediciones de la calidad del aire y mapeos de riesgos climáticos, tras las capacitaciones del Laboratorio Urbano. 

Killian II: Reforestación y mejoramiento de espacios públicos

En la colonia Killian II, una de las zonas más marginadas, se trabajó en la reforestación y adecuación de un espacio verde para mejorar la calidad del aire, mitigar el efecto de isla de calor, infiltrar agua al subsuelo, conservar la biodiversidad y mejorar la calidad del suelo. La comunidad, liderada por mujeres y niños, participó activamente en la plantación de árboles y flores, renovación de áreas verdes, instalación de bancas con sombrillas y la mejora de espacios lúdicos y deportivos.

Estas acciones derivaron de un taller comunitario de co-diseño con perspectiva de género, asegurando que los espacios públicos fueran inclusivos y seguros. Además, se realizó una capacitación sobre biodiversidad urbana, resaltando la importancia de la vegetación nativa y los beneficios ambientales y sociales del arroyo adyacente.

Resultados y reflexiones

Estos proyectos en León no solo han mejorado las condiciones de vida y promovido la sostenibilidad en barrios históricos y marginados, sino que también han demostrado el poder de la comunidad. El liderazgo y la participación de las mujeres han sido cruciales, destacando un enfoque integral que aborda problemas ambientales y socioeconómicos.

El fortalecimiento de capacidades comunitarias ha empoderado a los residentes con habilidades técnicas y conocimientos para gestionar y mantener estas acciones, promoviendo una mayor conciencia y responsabilidad ambiental. Así, estas iniciativas no solo transforman el presente, sino que también aseguran un futuro sostenible para las comunidades de León.