Experiencia de intercambio Rosario-Buenos Aires, Argentina

Un grupo de personas pasea por un huerto.
Recorrido por el Centro Agroecológico de Rosario. © J. Hardoy / IIED LA

Escrito por: Anabella Ullo, Coordinadora técnica territorial del eje habitacional para el Proyecto Integral de Re-Urbanización del Barrio 20, Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) de Buenos Aires.

En el mes de mayo distintos actores de la comunidad y el gobierno que participamos en el Proyecto Integral de Re-Urbanización (PIRU) del Barrio 20 en Buenos Aires tuvimos la oportunidad de realizar una recorrida de intercambio en la ciudad de Rosario. Esta visita fue organizada en el marco del proyecto Coaliciones Urbanas Transformadoras (TUC) por el equipo del IIED – América Latina. 

Durante la visita tuvimos la oportunidad de recorrer el proceso participativo qué se está llevando adelante en el barrio Moreno por parte del Servicio Público de la Vivienda y visitamos una huerta dónde se lleva a cabo el Programa de Agricultura Urbana de la municipalidad de Rosario.

El barrio Moreno es un asentamiento cercano al centro de Rosario en el cuál se llevó a cabo un proceso participativo de reurbanización con el objetivo de lograr una integración socio-urbana en ese sector de la ciudad. Se realizó un gran trabajo de relocalización definitiva de las familias que se encontraban sobre la apertura de dos calles, por las cuales actualmente pasa la nueva infraestructura principal que provee servicios formales de agua y cloaca para todas las viviendas. Si bien todos los puntos mencionados son similares a los ejes que abarca el PIRU del Barrio 20 de Buenos Aires, la visita al Barrio Moreno nos permitió intercambiar saberes y desafíos con el equipo de Rosario. 

El PIRU del Barrio 20 está ubicado en el sur de la Capital Federal de Buenos Aires y es en donde desarrollo mi trabajo mediante el IVC. La experiencia comenzó en 2016 y fue impulsada por las vecinas y vecinos del barrio. Hoy el PIRU se encuentra con un destacado avance: se abrieron cinco calles y diez pasajes, y mudamos a las familias hacia el barrio que nuclea el nuevo conjunto de viviendas, llamado Papa Francisco. Actualmente estamos ejecutando y planificando la apertura de 19 pasajes, la relocalización definitiva de las familias, obras de mejoramientos de vivienda, infraestructura y espacio público, además de la regularización dominial de la tierra, e intervenciones y proyectos ambientales sustentables en conjunto con el proyecto TUC y la comunidad del barrio. 

Cabe destacar que desde el inicio del proyecto del Barrio Moreno se propone un espacio público en donde las aperturas contemplan una amplia vereda para caminar cómodamente, un espacio para cantero con árboles y una calle vehicular. Los árboles plantados en las veredas del barrio fueron colocados en conjunto con los vecinos, fomentando la apropiación de los mismos y el cuidado con el correr del tiempo. Considero que es un eje importante dado que se incluyeron intervenciones que impactan en el medio ambiente desde el inicio del proyecto, y que además la forma colaborativa en la que fueron ejecutados permite que sea sostenible. En cambio, en el Barrio 20, construir espacios verdes es un gran desafío que está siendo abordado en el marco del proyecto TUC. La escala y densidad del Barrio 20 influyó en la cantidad de familias a relocalizar, limitando el ancho de los pasajes a 4 metros, con lo cual sumar espacios verdes de calidad dentro de estas aperturas angostas, y que además cumpla con la normativa requerida por otros organismos, es todo un reto que está abordando el TUC en conjunto con el IVC y los vecinos del barrio.

Ambos proyectos urbanos poseen un gran estado de avance y eso se debe no solo a la voluntad del gobierno, sino porque principalmente responde a la organización, participación y apropiación por parte de las vecinas y vecinos del barrio. 

Durante la recorrida también conocimos el Programa de Agricultura Urbana de Rosario, que con los años logró transformarse en una política pública, social, económica, alimenticia, cultural y urbana-ambiental sostenible de la ciudad. Social porque nace de la comunidad y busca fomentar la integración y el desarrollo de las capacidades de las familias qué allí trabajan; económica porque surge cómo una propuesta de producción y comercialización para los huerteras/os; alimenticia porque logra generar productos agroecológicos y sanos para quienes los consumen; cultural porque sostiene saberes culturales de distintas generaciones y regiones en la producción de alimentos; urbano-ambiental porque plantea nuevas formas de planificar el uso del suelo a partir del cuidado del medio ambiente y la resiliencia climática. 

Los procesos participativos de reurbanización de asentamientos, el programa de agricultura urbana y el cordón de huertas de Rosario nos dejan un gran ejemplo y el compromiso de repensar las ciudades de forma urbana-ambiental y participativa, trabajando ambos ejes de manera conjunta ante la crisis climática y habitacional. La articulación entre los procesos urbanos participativos que demanda la población y los proyectos de sustentabilidad ambiental, nos demuestra el impacto transformador hacia una planificación urbana sustentable. Me llevo estas experiencias a mi trabajo para poder replantearme la forma de ejercerlo y articularlo de manera transversal para responder a diversas problemáticas con la menor cantidad de recursos posibles y pueda ser sostenible con el tiempo.